Luisa Fernanda González es una joven de 22 años que reside en la ciudad de Pereira, Risaralda, Colombia. Desde hace cuatro años, ella ha sido parte de la YMCA y su vida ha cambiado radicalmente gracias a las experiencias y aprendizajes que ha adquirido en esta organización.

Luisa llegó a la YMCA gracias a su hermana, quien iba a realizar su graduación en esta organización. A partir de ese momento, Luisa comenzó a asistir a las actividades que se realizan en la YMCA y una de ellas en particular la marcó para siempre.

Se trató de una actividad en la que participó junto a un grupo de niños de una zona de escasos recursos de la ciudad. En esa ocasión, Luisa pudo compartir con ellos un día lleno de juegos, risas y aprendizajes, y se dio cuenta de que a veces damos por sentado las cosas que tenemos y no valoramos lo afortunados que somos.

“Me marcó el sentido de que uno puede ver o percibe que uno tiene muchas cosas, que uno es muy rico en diferentes cosas y que a veces no las aprovecha en todos. También cuanto es, especialmente con los chicos de Hawai que se reúnen. Siente como esa armonía, ese carisma, ese deseo, como de dar al otro permitir que el otro esté bien y entonces uno asimismo trae. Eso aplicarlo como a su vida a que los entornos en que uno pueda estar, pues uno puede ayudar al otro, pueda dar más al otro y pueda compartir más con el otro”, expresó Luisa.

A partir de ese momento, Luisa se dio cuenta de la importancia de ser solidario con los demás y de involucrarse en proyectos sociales y así comenzó a participar en diferentes iniciativas de la YMCA, como la promoción de la lectura en barrios vulnerables, la organización de campañas para recolectar ropa y alimentos para personas necesitadas y la creación de espacios de convivencia y reflexión para jóvenes.

Luisa asegura que la YMCA ha sido una herramienta clave en su formación como persona y en su desarrollo como líder social: “La YMCA me ha permitido crecer como persona, como líder, como joven comprometida con mi sociedad y mi país. Ha sido una escuela para mí, donde he aprendido a valorar lo que tengo, a ser solidaria con los demás y a trabajar en equipo para lograr objetivos comunes”.

Luisa Fernanda González es solo un ejemplo de cómo la YMCA puede transformar la vida de los jóvenes y convertirlos en agentes de cambio en sus comunidades. La organización sigue trabajando en su misión de promover el desarrollo integral de los jóvenes, la paz y la justicia social, y espera seguir contando con personas comprometidas como Luisa para lograr sus objetivos.